26.4.08

LA DIRECCIÓN DEL CULTO (PARTE IV)


2. La lectura Bíblica

a. La Palabra de Dios debe siempre leerse con reverencia; una lectura reverente prepara al auditorio para las demás partes del servicio.

b. Es esencial que se lea con corrección. Defectos en la pronunciación, en la puntuación, en los énfasis o en las pausas influyen siempre en forma negativa.

c. Por el contrario, una lectura en la que se emplean no sólo los órganos fonéticos, sino la inteligencia y los sentimientos, una lectura en que se hace vivir el contenido del texto, puede ser tan cautivadora como el más elocuente de los sermones.

d. No hay nada que cause más mala impresión que la lectura defectuosa de la Biblia, ¡y con cuánta frecuencia esto ocurre en el púlpito!

1) “Toma tu leche y vete a tu casa.”
2) “Pablo apaleó a César.”
3) “Había ciertos gringos que querían ver a Jesús.”

e. Es absolutamente recomendable leer el pasaje varias veces antes, en casa, para estar seguro de poder leer lo correctamente desde el púlpito.

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