LA DIRECCIÓN DEL CULTO (PARTE III)
B. Las partes del culto
1. El canto
a. Desde tiempos remotos, los cánticos han ocupado un lugar destacado en la adoración a Dios.
1) En Israel, muchos de los salmos eran cantados total o parcialmente por el pueblo.
2) En las iglesias apostólicas, el canto era normal (1 Co. 14:15; Col. 3:16) y siguió siéndolo en siglos posteriores.
3) Lutero lo usó como elemento valiosísimo para impulsar la Reforma; algo análogo hizo Calvino para la edificación de las iglesias reformadas, aunque dando preferencia a los salmos del A.T. como contenido.
b. Los himnos deben escogerse previamente, llevando al púlpito la lista de los que han de cantarse.
1) Es muy impropio que el que dirigirá el culto, esté sentado antes de comenzar hojeando de prisa el himnario para hallar los himnos que la congregación ha de cantar.
2) Es aconsejable comenzar el servicio con un himno de alabanza y cerrarlo con uno relacionado con el tema expuesto desde el púlpito.
3) No debe escogerse un himno de muchas estrofas para cantarse cuando la congregación esté de pie, o al contrario saltear algunas estrofas.
4) Se debe anunciar con claridad el número, repitiéndolo si es necesario, para estar seguro que todos lo identificaron.
25.4.08
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